de sol y playa o al ecoturismo. Se trata de lograr un adecuado equilibrio entre la 37 tutela de los intereses de los turistas y visitantes, el de los receptores, en un ámbito de respeto de la naturaleza y el medio ambiente, de modo que la actividad que se desarrolla pueda generar riquezas y prolongarse en el tiempo sin hacerla insostenible o riesgosa a largo plazo. En la realidad cubana actual, a mi juicio, uno de los mayores retos de la industria turística radica en la contribución del sector al desarrollo local , más allá de los nichos 38 tradicionales en que se manifesta la actividad turística y que concentran el grueso de la infraestructura y de las inversiones. Se trata, de un modo de encauzar las potencialidades de cada territorio hacia una actividad, que con su contribución, se vería enriquecida. Una de las manifestaciones que presenta enormes potencialidades en Cuba y que posee, a mi juicio, un desarrollo aún incipiente es el agroturismo, defnido por la Resolución 50 de 2014 del Mintur como: la “actividad turística cuya motivación consiste en compartir las labores agropecuarias que se realizan en el espacio rural.” 39 Se trata de una manifestación poco explotada y que podría generar, incluso a corto plazo, importantes resultados para el sector en la Isla. Vid., SALINAS CHÁVEZ, Eduardo, José Alberto LA O OSORIO, “Turismo y sustentabilidad: de la teoría a la 37 práctica en Cuba” en Cuadernos de Turismo, 17 (2006), 201-221. Vid., GÓMEZ PRIETO, Jorge Luis, Jorge Freddy RAMÍREZ PÉREZ, Martha ZALDÍVAR PUIG, “Sistemas 38 productivos locales y turismo. Alternativa para el desarrollo socioeconómico en Cuba” en Cooperativismo y Desarrollo, 2020, pp. 115-130, disponible en: http://coodes.upr.edu.cu/index.php/ coodes/article/view/253 Un ejemplo que se presenta hoy como modelo de turismo sostenible es el que se desarrolla en la 39 comunidad Las Terrazas, al oeste de La Habana, ubicada en la Reserva de la Biosfera de Sierra del Rosario. Se trata de un complejo, fundado en 1994, en el que una parte importante de los trabajadores son vecinos de la comunidad y se destina un por ciento de las utilidades (16 %) para mejorar las condiciones de vida de la población del lugar. Se trata de un espacio singular en el que se conjugan las ofertas del turismo de naturaleza y el de aventura, particularmente a partir de opciones como el senderismo, práctica del Canopy, visita a lugares históricos (ruinas del cafetal francés Buena Vista, s. XIX), degustaciones de productos naturales y locales, entre otros. En este sitio tiene también lugar un proyecto de reforestación
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